14 DE NOVIEMBRE DE 2010: DE UDAIPUR A PUSHKAR

De camino a Pushkar, Majín nos ha parado en los Templos de Nagda (Sas- Bahu Temples). Es un conjunto arquitectónica precioso, de los más bontios que hemos visto. Nada más salir del coche se nos han acercado unos niños pequeños, de unos 4 años a pedirnos dinero (rupis). Para mi esto es lo peor de la India, ver como los niños pequeños, llenitos de mierda porque hay que decir que están sucios (los que se acercan a pedirte dinero), descalzos... es una pena pero no les puedes dar dinero. Bueno... volviendo a los templos

Esta información sobre los templos la he encontrado de casualidad en la guía Trotamundoos: "Nagda fue una ciudad fundada en el siglo Vii, que no dejó de desarrollarse hasta finales del siglo X, cuando pasó a ser capital del Mewar. Los templos se fueron levantando hasta el siglo XV. el conjunto religioso que se levantó aquí han subsistido algunos templos hindúes. En la actualidad quedan tres y un gran porche. Al templo principal se le llama Sas-Bahu, que significa: suegra-nuera".
Hemos comido en un restaurante de carretera y nos han vuelto a dar el estacazo. Es caro para lo que se paga en India. Nos ha costado 645 rupias (1 plato para cada uno y una botella de agua).
El viaje se me ha hecho muy largo, además he cogido un gran gripazo debido al aire acondicionado del coche y tengo la garganta fatal. Vamos... yo como siempre... no hay viaje que no me ponga mala. Menos mal que he traído medicinas.

Ya en la entrada de Pushkar hemos visto a muchos peregrinos que se dirigían a esta pequeña ciudad-pueblo. Este lugar es el centro de peregrinaje hindú.
Pushkar tiene unos 17.000 habitantes (muy pocos en comparación con otros ciudades indias en las que hemos estado). Es una pequeña ciudad de casitas blancas alrededor de un pequeño lago también artificial. Es un lugar muy frecuentado por hippys de todo tipo y edad.
En esta ciudad está prohibido el hachís, el alcohol y comer carne (son vegetarianos) pero puedo decir que en algunos restaurantes en los que hemos estado si que vendían alcohol (te lo daban con una servilleta de papel enrollada alrededor de la botella para que o se vea que es alcohol).
Pushkar es una ciudad donde se venera a Brahma, el primer dios de la trinidad hindú. Está permitido visitar el Brahma Temple pero no el resto de templos.
Al llegar a esta ciudad todo estaba lleno de gente y como hoy justo empezaba la feria, pues ya había un montón de camellos, vacas, cabras, caballos. A mi esto de la feria del camello me ha recordado a la Feria del Rocío.

Al llegar al hotel nos han recibido con unos músicos tocando los timbales y nos han tirado pétalos de rosas. Después nos han llevado a nuestra tienda de campaña. La verdad que en comparación con los hoteles en los que hemos estado esto es un poco.... simple. La habitación consta de dos camas separadas por una mesita con una lámpara y dos sillas para dejar las cosas. El baño es lo peor, tiene de todo pero a lo cutre. Bueno... es lo que tienen dormir en una Jaima (no sé si se escribe así).
Nos han dicho que para ir a la Feria nos llevan en un carro tirado por un camello y que para regresar es igual. Nos hemos acercado a la feria y ha sido impresionante. Cuando hemos llegado ya era casi de noche porque aquí a eso de las 17:30 se empieza a ir el sol. Todo estaba lleno de camellos, de gente, de gente que se nos acercaba para vendernos algo... uff, ¡qué momento!. Nada más salir del recinto ferial te encuentras con las calles del pueblo y en seguida
empiezan las tiendas. Había muchísimos turistas y eso ya ha hecho que nos sintiéramos mejor. Hemos dado un pequeño paseo y hemos vuelto al ferial para coger el carro con el camello para regresar al hotel. Como era de noche y ya no se veía bien, nos hemos metido mal por una calle y no dábamos con lugar donde teníamos que coger el camello. Finalmente hemos preguntado a un señor y nos ha indicado donde teníamos que ir.
Hemos cenado en el hotel y luego nos hemos ido a dormir.
Dormir ha sido complicado porque justo encima de nosotros había un grillo que no nos ha dejado pegar ojo. Yo he dormido un poco más porque con el trancazo estaba agotada de toser pero Miguel se ha acordado del padre del grillo.

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